Seamos realistas, todos hemos juzgado a más de una persona en algún momento. Ya puede ser por la ropa, la manera de pensar, el color de pelo, la mirada, o simplemente porque vemos algo que no nos gusta en esa persona, al final acabamos juzgándola, normalmente de forma negativa. Y no sabéis lo equivocados que estamos cuando lo hacemos. Y no, yo no soy la persona más indicada para hablar de ello, porque también lo he hecho. Pero como creo que reconocerlo es el primer paso, pues sí que lo voy a hacer.
Para empezar, creo que los que suelen crearse malos prejuicios sobre las personas, no tienen autoestima. Leí en algún sitio que reflejamos cómo nos sentimos con nosotros mismos en nuestro comportamiento hacia los demás. Y es totalmente cierto. Las personas que se ven feas llaman feo a los demás, las que están tristes o enfadadas consigo mismas siempre están enfadadas con el resto. Y las que simplemente no se quieren nada, no son capaces de querer a los demás.
Y creo que es porque no soportan ver que alguien es feliz con algo que ellos no tienen. Incluso me atrevería a decir que muchas veces tienen envidia de esas personas, porque no tienen miedo de mostrarse tal y como son.
Y es que precisamente por culpa de este tipo de gente, tenemos miedo de mostrarnos tal y como somos, de vestir como queremos, de mostrar nuestras ideas y sentimientos. Por miedo a que se juzgue, se hable, se comente y se murmure. A los que no tienen miedo de nada les felicito, porque seguramente van a conseguir todo lo que se propongan.
Y para los que aún estáis en el camino de quereros un poco más, que creo que seremos la gran mayoría (aunque algunos no lo sepáis), quiero deciros que no intentéis pareceros a alguien que no sois, que aprendáis a quereros y a aceptaros con vuestra cara, vuestras ideas, vuestra talla de pantalón o de sujetador. Que sí, que todas esas cosas se pueden cambiar, pero, ¿sabéis qué? que si las cambiamos ya no seremos nosotros mismos. Que da igual si no le gustamos a la mayoría, porque sabemos que los que nos quieren lo hacen porque somos así, y todo lo demás es falso. Que hagamos lo que hagamos, siempre alguien lo va a odiar, y a alguien le va a encantar, así que haz lo que te de la gana porque en TU vida mandas TÚ. Que los que sabes que siempre van a estar ahí te van a querer igual aunque no estudies Derecho, aunque seas homosexual, aunque lo dejes todo y te vayas a la India de voluntario.
Que ellos no te juzgan, y eso es lo que importa.